Alebrijes en Cuadratines
Adrián Chavarría Espinosa
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador pretenda minimizar la tercera oleada de contagios de covid-19 en el país, la semana pasada registró durante varios días más de doce mil contagios, incluso el jueves 22 de julio se reportaron más de 16 mil contagios y más de 400 fallecimientos, para una tasa de letalidad del 8.8%, donde los estados más afectados fueron la Ciudad de México, el Estado de México, Guanajuato, Nuevo León y Jalisco.
También el mandatario ha insistido en que para el próximo ciclo escolar las escuelas deben reabrir para que existan clases presenciales, al argumentar que no se trata solo de la atención educativa, sino también del desarrollo emocional de los alumnos ’porque ya no es posible, no es conveniente que se continúe con las clases a distancia.
Ha insistido en que ’necesitamos pensar en los niños, en los adolescentes’, razón por la que reiteró amenazante que se regresará a las aulas ’llueve, truene o relampaguee.’
Subrayó que a los estudiantes no se debe cuidar únicamente que no se contagien del coronavirus, sino a la vez, ’cuidarlos emocionalmente, y la escuela es fundamental, es necesario que regresen los niños a la escuela, es la mejor terapia para todos’.
Sin embargo, la pandemia ha resurgido y después de que el semáforo epidemiológico del 5 al 18 de julio registrara a 19 estados en color verde, ocho en amarillo, cinco en naranja y cero en rojo, a partir del 26 de julio se modificó totalmente y se conformó con trece en naranja, quince en amarillo, tres en verde y uno, Sinaloa, en rojo.
De acuerdo con el gobierno federal el semáforo epidemiológico se modificó para reactivar las actividades presenciales, sobre todo en los sectores educativo y económico, es decir que a pesar de la pandemia no resulten afectadas ni las clases presenciales como tampoco las actividades productivas.
Pero ¿cómo han respondido los estados ante el tercer rebrote y la reapertura de escuelas? Primero se deben especificar cómo quedan los estados en el nuevo semáforo: los únicos en verde son Coahuila, Aguascalientes y Chiapas; en amarillo se ubicaron a Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí. Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Tabasco, Campeche y Yucatán.
Se clasificaron en naranja a Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Nayarit, Jalisco, Colima, Guerrero, Estado de México, Ciudad de México, Hidalgo y Oaxaca, mientras que el único rojo es Sinaloa.
Según lo establecido por autoridades de las 32 entidades del país, al menos quince de ellas respaldaban el exhorto presidencial para regresar a clases presenciales, otro bloque de doce estados se expresaba por un retorno a las aulas únicamente con semáforo verde y cinco más analizan una modalidad híbrida.
De los clasificados en verde Aguascalientes y Chiapas se inclinaban por regresar mientras Coahuila se mantenía en duda; de los ubicados en amarillo se pronunciaron en favor Sonora, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Puebla, Tabasco y Yucatán; en duda estaban Baja California, Chihuahua, Durango, Michoacán, Campeche y Tlaxcala, mientras que Morelos no se había definido.
Y de los incluidos en naranja por reabrir planteles se manifestaban Veracruz, Jalisco y la Ciudad de México; en duda Nuevo León, Tamaulipas, Quintana Roo, Nayarit, Colima, Guerrero, e Hidalgo; mientras que sin una decisión se ubicaban el Estado de México y Oaxaca. En el caso de Sinaloa, por sus actuales condiciones se le clasificaría por la no reapertura de planteles.
Más allá de corrientes y consideraciones políticas existe gran disparidad de opiniones entre los diferentes gobiernos estatales. Sin duda resulta importante no frenar de nuevo las actividades económicas, pero donde no existe un acuerdo, sino no unánime por lo menos generalizada es el regreso a clases, en particular por que suceda con el semáforo en verde.
Lo que podría ayudar a apoyar las clases presenciales sería establecer un estricto protocolo para garantizar una segura reapertura de escuelas, donde lo ideal es que suceda cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en verde, pero ante el descuido de las personas que omiten los cuidados sanitarios preventivos, esa medida no sería una garantía.
En lo que se debería de trabajar es en que las escuelas cumplan con los requisitos mínimos de higiene, como tener agua, gel antibacterial y constante sanitización de sus instalaciones, entonces definitivamente no se podrían dar las clases presenciales.
En caso de cumplirse con esos requisitos, entonces se podría ir gradualmente en el regreso; primero con asistencia alternada dos días por semana y el quinto para resolver dudas no solo de los alumnos, también de los padres que orientan a sus hijos en casa; conforme avance la baja en el número de contagios se podría analizar aumentar la asistencia a las aulas.
Otro punto sería acelerar la vacunación para llegar a llamada inmunidad de rebaño¸ que sucede cuando parte de la población es inmune a una enfermedad ya sea por contagio previo o porque ha sido vacunada interrumpiéndose la cadena de contagios, sin descartar la posible inmunización de los menores y adolescentes.
En fin, son propuestas que deberían ser consideradas como posibles alternativas para cumplirse con ese retorno a las clases presenciales.
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