Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Ante la alerta emitida en Europa por el reporte de que cuatro lotes de los chocolates Kinder Mini Eggs, fabricados por la empresa Ferrero en Bélgica, estaban contaminados de salmonela, en México la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), repitió la medida ante el riesgo de que ese producto afectado pudiera ser comercializado en el país.
Así fue difundido el comunicado: ’Para prevenir riesgos a la salud, Cofepris solicita a supermercados, tiendas de conveniencia y todos aquellos establecimientos donde se comercialice el producto Kinder Mini Eggs, verificar su inventario para descartar la presencia de los lotes posiblemente contaminados’. Hasta el momento no existe informe de haberse encontrado ese producto contaminado.
Las disculpas no se hicieron esperar. Pietro Paolo Cornero, director de Ferrero en México, dijo que la única decisión correcta es retirar el producto, por supuesto para aminorar el negativo golpe a sus ventas.
Si bien no en esta ocasión no fue necesario que Coferpis ordenara retirar el producto del mercado, en lo que va del año si ha aplicado esa medida a diversos productos alimenticios, no necesariamente por tener algún tipo de contaminación sino porque se consideraron nocivos para la salud o por incumplir con la normatividad respectiva.
Así, en enero se inmovilizaron 380 mil 149 cajas de siete tipos de cereales de trigo, maíz, arroz y avena, algunos con arándanos, almendras o chocolate, de Kellogg´s por faltas a la Norma Oficial Mexicana de etiquetado. Una vez corregida esa falla volvieron al mercado.
El 23 de febrero la Cofepris alertó que 16 lotes fórmulas lácteas de Abbott se retiraron del mercado al detectarse que contenían salmonela. El 13 de abril se inmovilizaron más de diez mil unidades de productos, desde polvos y chocolates de mesa, galletas Oreo, vitaminas y minerales, hasta gelatina sabor limón Jell-o, y diferentes variedades de refrescos Coca Cola, Doctor Pepper y Pepsi Cola, por diversas fallas en su etiquetado, principalmente.
Sin duda este tipo de medidas son positivas tanto para evitar posibles contagios, como en el caso de la salmonella, como para que el consumidor este debidamente informado de lo que contienen los productos adquiridos que posteriormente serían comidos.
Ahora solo falta que los consumidores hagan su parte, tomen consciencia y revisen las etiquetas de los productos adquiridos para estar advertidos de las presuntas consecuencias de lo que en muchas ocasiones despreocupadamente ingieren.