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Nueva rifa

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Junio 18, 2021 15:42 hrs.
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La Lotería Nacional anunció su primera rifa bienes confiscados a los grupos criminales o que eran propiedad del gobierno federal, cuyo valor total se calcula en 250 millones de pesos, donde el principal premio es un palco para veinte personas en el Estadio Azteca, incluido el mantenimiento por diez años, además de residencias que eran propiedad de narcotraficantes.
Son en total 22 premios, ocho ubicados en la Ciudad de México, cinco en Baja California, dos en Jalisco, dos en Guanajuato, dos en Guerrero y uno en Querétaro, Sinaloa y Morelos; se trata de ocho casas habitación, siete departamentos, cinco terrenos y un rancho.
Para la rifa, primera que la Lotería organiza con premios en especie, se ofrecerán dos millones de cachitos con un valor de emisión de 500 millones de pesos, cada uno con un valor de 250 pesos al público.
Resulta atractivo poder ganar el palco en el Estadio Azteca, comprado irregularmente por funcionarios de Pronósticos Deportivos en 1984, valuado en veinte millones de pesos, con excelente ubicación, baño, cocineta y cuatro lugares de estacionamiento y mantenimiento incluido durante diez años, pero otros premios no lo son tanto.
Por ejemplo el departamento en Acapulco, Guerrero, con una extensión de 250 metros cuadrados, valuado en casi doce millones de pesos o la residencia en el Pedregal de San Ángel, Alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México, con una superficie de tres mil metros cuadrados, construcción de dos mil metros cuadrados, cuatro habitaciones, vestidor, clóset, baños, alberca, terrazas y un jardín, con gastos de escrituración incluidos.
¡Quién no quisiera vivir en alguna de esas residencias!, Pero el chiste no es ser dueños de ellas, sino mantenerlas. Imagínese cuánto debe pagarse por el impuesto predial, por agua y dar debido mantenimiento y cuidado a esas viviendas.
Normalmente quienes compran un cachito de lotería es con el deseo de ganar alguna cantidad en efectivo ya sea para solventar sus deudas, cubrir alguna necesidad o canalizarlo para alguna inversión, no para contraer algún tipo de compromiso que requiera de más dinero.
Entonces me queda la duda: ¿quién querrá comprar un cachito de lotería para ’ganarse’ una casa que fue residencia de un narcotraficante? Ojalá este sorteo en especie tenga mejores resultados que el del año pasado, cuando se hizo la supuesta rifa del avión presidencia donde, por cierto, el hospital del ISSSTE de Tampico, que ganó veinte millones de pesos aún no recibe su premio para aplicarlo en urgentes mejoras materiales que la institución no puede solventar.

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