El artículo 99 de la Constitución dice que corresponde a la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación las declaraciones de validez de la elección presidencial y de presidente electo.
Y el artículo 167 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación precisa que para hacer esas declaraciones se requiere que en la sesión de la sala superior del tribunal haya al menos seis magistrados.
Fundamentales estos artículos para que México tenga en santa paz su nuevo presidente en 2024, una vez que las autoridades electorales hayan revisado y resuelto cualquier impugnación.
Para nada es menor el asunto, se puede volver tenso y crítico si los partidos, sus senadores, no se ponen de acuerdo para elegir dos magistrados de la sala superior en las próximas semanas.
La sala superior del tribunal está integrada en la actualidad por cinco magistrados y dos magistradas, siete en total, como establece la ley. Hasta ahí todo bien, nada más que el próximo 31 de octubre dos de sus integrantes, José Luis Vargas Valdez e Indalfer Infante Gonzáles, concluyen su periodo.
Se quedaría la sala superior con cinco magistrados, uno menos de los exigidos para declarar la validez de la elección presidencial y declarar presidente electo al ganador de los comicios.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha dado ya los primeros pasos para llenar las dos vacantes. Puso en marcha el procedimiento para seleccionar y proponerle al Senado dos ternas, una de mujeres y otra de varones.
Una vez que concluya la selección, enviará las ternas al Senado, para que, por mayoría calificada, con el voto de las dos terceras partes de los asistentes a la sesión, elija a los dos magistrados.
Aquí es donde está el punto crítico, por la dificultad que ha tenido el Senado para conseguir esa mayoría calificada. Tiene pendiente el nombramiento de más de 70 servidores públicos.
Saben senadores de todos los partidos que más les vale que se pongan de acuerdo en el nombramiento de los dos magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para evitar que se vaya a complicar o enrarecer la etapa final del proceso electoral de 2024.
La ley abre la posibilidad de que, en caso extremo de que no se pongan de acuerdo los senadores, el tribunal llene las vacantes transitoriamente con magistrados de mayor antigüedad o mayor edad de sala regional.
No es lo más conveniente para un proceso electoral que se puede enconar o cerrar el resultado entre los o las principales competidoras.
Sería muy riesgoso que se empantanara el procedimiento de elección de magistrados por las diferencias entre los grupos parlamentarios en el Senado.
Sin pretender minimizar el caso del INAI, al que les faltan tres comisionados que no ha nombrado el Senado y que la Corte ha resuelto de manera transitoria al permitir que funcione con cuatro, lo de la sala superior del tribunal electoral implica la estabilidad de nuestro país.
Es la importancia del nombramiento de estos dos magistrados (una magistrada y un magistrado, por razones de paridad de género) de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Jugaría con fuego el Senado si no logra elegirlos.
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