Elecciones en América Latina

En el siglo pasado en diversas naciones latinoamericanas se establecía el cambio de gobierno no mediante el voto democrático en las urnas, sino violentamente a través de golpes de estado por parte de militares, la gran parte de ellos alentados por los diferentes gobiernos de Estados Unidos, a fin de proteger sus interese políticos y económicos.
Además de esos golpes de estado, que provocaban muertes de civiles así como persecuciones políticas de disidentes donde muchos tuvieron la necesidad de exiliarse para no ser ejecutados, lo cual representó sensibles retrocesos sociales, también se presentaron dinastías de mandatarios que consideraban a sus países como propiedades particulares, donde se aparentaban elecciones pero simplemente se heredaba el poder entre la misma familia.
Afortunadamente, ya en el presente siglo ese tipo ese tipo de situaciones ya resultan ser menores, ya que la mayor parte de los cambios de gobiernos han mediante elecciones, a veces cuestionadas, pero al final aceptadas. A pesar de ello, en ocasiones los mandatos no han resultado ser tan positivos como se esperaban, pero por ello también varios exmandatarios ellos han sido procesados penalmente para ser castigados, principalmente acusados de corrupción.
Particularmente, desde el año 2019 en América Latina se han realizado once elecciones presidenciales, de la cuales en once el voto fue por cambiar el partido en el poder, es decir se ha registrado la llamada alternancia política donde las nacionales han variado de la izquierda a la derecha y viceversa.
Tan solo el año pasado se eligieron mandatarios en Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú y Chile, donde destaca el caso donde un supuesto revolucionario de izquierda quien de forma poco usual y bajo artimañas legales, logró ser reelecto y ahora acumula en el poder más años de los que estuvo el dictador que ayudó a derrocar.
Para este 2022 solamente están programadas tres elecciones: en Costa Rica, Colombia y Brasil, siendo las dos últimas naciones las que más llaman la atención no solo continental debido a que por sus condiciones particulares sus resultados repercuten en el resto del mundo.
Primero, un repaso de los procesos desarrollados el año pasado.
En Ecuador fue necesaria una segunda vuelta electoral para que finalmente resultara electo como presidente el empresario y banquero Guillermo Lasso con el 52.36% de los votos a su favor. Era su tercer intento en la que este político, calificado como conservador, se postulaba para ese cargo y, por fin lo alcanzó.
En Honduras, Xiomara Castro Sarmiento no solamente será la primera mujer que a partir del 27 de enero, sea la primera mujer presidenta esa nación, sino que además ha sido la ganadores con el mayor número de votos. También es esposa del expresidente José Manuel Zelaya Rosales, quien en junio de 2009 fue víctima de un golpe de estado militar.
En Nicaragua, por cuarta ocasión Daniel Ortega ganó los comicios presidenciales, los terceros en forma consecutiva, pero con una muy cuestionada victoria, ya que todos los opositores con posibilidad de ganar en las urnas habían sido detenidos en prisión o estaban exiliados en el extranjero.
Ortega ya lleva quince años en el poder, cuando él como parte del Ejercito Sandinista de Liberación Nacional colaboró para derrocar a Anastasio Somoza –tercer y último miembro de la dinastía familiar que ejerció el poder de manera dictatorial desde 1937–, quien se mantuvo en la presidencia de 1967 a 1972 y de 1974 a 1979, cuando finalmente fue derrocado.
En Perú, con una diferencia de casi 51 mil votos, el maestro y dirigente sindical Pedro Castillo Terrones ganó la presidencia a Keiko Fujimori. Sin embargo, desde que asumió el poder ha enfrentado varias crisis políticas y se ha visto en la necesidad de hacer ajustes a su gabinete, por lo cual ha sido objeto de críticas de sus opositores políticos.
Las últimas elecciones fueron en Chile, donde en la segunda vuelta el diputado de izquierda Gabriel Boric Font ganó claramente al ultraderechista José Antonio Kast. Expertos afirman que con este resultado se esfuma el retorno de un gobierno que hubiera replicado lo realizado por el dictador Augusto Pinochet, quien encabezara esa nación de 1973 a 1990.
Ya, para este año, la primera presidencial será el 6 de febrero en Costa Rica, donde de darse el caso que ningún postulado alance la victoria con al menos 40% de los votos, entonces habría una segunda vuelta el 3 de abril entre los dos candidatos presidenciales más votados.
Entre más de 20 aspirantes hay conocidos como el expresidente centrista José María Figueres (1994-1998), la exvicepresidenta conservadora Lineth Saborío y Fabricio Alvarado, líder evangélico de derecha quien perdió en 2018 ante el actual mandatario, Carlos Alvarado.
En Colombia la primera vuelta presidencial colombianas está fijada para el 29 de mayo, (más de dos meses después de las legislativas de marzo, y una posible segunda vuelta sería el 19 de junio. Los principales aspirantes son el izquierdista Gustavo Petro, economista y exalcalde de Bogotá, quien ya perdió en 2018; el centrista Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín; y los derechistas, el economista Alejandro Gaviria y el exsenador Juan Manuel Galán.
En las elecciones de Brasil, programadas para el 2 de octubre y una probable segunda vuelta para el día 30 del mismo mes, se espera un choque entre el actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro y el expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, ya absuelto de las condenas por corrupción que recibió. Deben considerarse otras alternativas con la participación del exjuez Sergio Moro o el excandidato de centroizquierda Ciro Gomes.
Sin anticipar posibles resultados, lo que puede esperarse es una mayor polarización política en las naciones latinoamericanas, donde lo deseable es una aceptación de los resultados en las urnas sin experimentarse confrontaciones sociales.